Me van a decir que me estoy volviendo gilipollas, pero a mi cuando llega el final de curso me entra una cierta nostalgia de los alumnos que se marchan, no se, es algo un tanto ñoño, pero sobre todo en un I.E.S. como el nuestro, de solo E.S.O. cuando llega el momento en el que tienes que lanzar a tus alumnos de 4º al Bachillerato sientes un poco de temor ante como les va ir, si están lo debidamente preparados, si has hecho todo lo que podías por ellos, sino tenías que haberle dado más caña, haberlos preparado un poco más para el mundo hostil de fuera, que luego se van a encontrar a unos cuantos capullos-colegas que no saben de ellos lo que tu conoces y no van a saber llevarlos hacia la Universidad, sueño al que tu has dedicado tanto tiempo con ellos. De poco sirve venderles la moto de la Universidad si luego tu no vas a poder estar en el camino para apoyarlos en el final de la travesía, y algunos que con un Bachillerato aquí llegarían se van a quedar miserablemente en el camino que juntos recorrimos.
Es ley de vida, pero te duele el alma encontrártelos a los meses de vuelta al pueblo diciendo que están esperando el plazo para apuntarse a un Ciclo o cambiar de I.E.S. o irse a los albañiles.
Sé que vosotros no me vais a leer, pero quiero que sepáis que una parte de este viejo y payaso corazón se marcha con cada uno de vosotros, de mis ex-sufridores-alumnos, solo espero que el paso del Tiempo nos vuelva a colocar en el mismo carril y podamos saludarnos sin reprocharnos nada, sin volvernos la cara, y sonreír mientras recordamos viejos tiempos pasados al calor de una cerveza fría.
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