El motivo de este post es en poner en público conocimiento de la Humanidad, o sea, los 6 ó 7 seguidores habituales del blog, un descubrimiento que realicé este verano, pero, para esto es necesario poneros en antecedentes...
Érase una vez, bueno, mejor de otra manera.
El verano pasado me encontraba reforzando mi matrimonio, que estamos en plena crisis de los 40 que parece que le afecta todo el mundo, así que siguiendo mi insana costumbre, fruto de una educación catolica en un colegio del Opus, me llevé a los niños, yo solito, una semana a la playa con mis padres para que mi Pastora se quedase una semana de "Rodríguez" a echarnos de menos, y acordarse en la cama, espero que sola, y... bueno sino lo estaba no es tan preocupante, siempre que no estuviera en NUESTRA CAMA, si era de él o ella o de ellos, eso duele menos... Prosa aparte, la playa, una de las pocas cosas buenas que tiene, aparte de los baños en el mar, las dos horas diarias de poner cremas a los tres churumbeles, el ser el ogro malo que le riñe a los niños, y se pelea con la abuela porque ella siempre se pone de parte de los nietos y trata de socavar la SAGRADA autoridad paterna, menudencias aparte, una de las grandes cosas de irnos una semana a Chipona, es la excursión al Mercado de Sanlúcar de Barrameda... OH, OH, OH, si el cielo existiese, sería como los puestos de verduras, frutas y sobre todo, pescado de Sanlúcar, por no hablar de los pasteles (olé que precios) o las aceitunas de la salida, el desayuno servido por auténticos camareros, del terreno como las papas, y no por Físicos nucleares rumanos o ecuatorianos, que manda cojones pretender trabajar de eso en España, es como si uno que reparte nieve se va a colocar al Sáhara...
Tras este goce para los sentidos, que recomiendo tanto como respirar, y la consiguiente compra de pescado, marisco, frutas, "azitunas", alcaparras, pasteles, coquinas... y hasta un par de calzoncillos en un puesto de un negro... viene el primer problema. Coño, el pescado y el marisco no me lo puedo llevar a Sevilla el lunes porque no tengo nevera de corcho... Cago en san peo, la solución de mi padre:
-Ar Chino...
-¿Cuál?
-Es lo mismo tos son iguales.
Hay que contar que a diferencia de otros años, la excursión de este no era con churumbeles porque íbamos a ir muy temprano, y a esa hora las palomas de la plaza no están muy rápidas y los cabritos de los niños las cogen y luego hay que pelearse con la viejas porque los niños maltratan a las ratas con alas... lástima, no se les cagen a las viejas en la calva y a ver entonces que dicen de mis bosquimanos del kalahari, auténticos cazadores recolectores.
Una vez decidido con mi "Pare", el gordo, lo de los chinos, nos encaminamos hacia el chino... Vaya, cojones, el chino cerrado:
- po es raro porque los chinos no cierran nunca, vamos a otro que son las 9 y veinte y ya estarán abiertos...
Segundo chino cerrado.
Tercer Chino cerrado.
O es san chino o nos han tocado los chinos más flojos del mundo, será que se han acomodado a vivir en España.
Cuarto chino cerrado, esto ya no es normal, hay que informarse... Al Quiosco:
- ¿A qué hora abren los chinos?
- Uf, esos, hasta las 10 ó 10 y media no abren.
¿Cómorrrr? los chinos en la cama a esa hora, no puede ser, chinos flojos y perros, cagon to, bueno nos volveremos a Chipiona y allí compraremos la nevera.
En el camino de vuelta la conversación con el gordo era sobre fútbol, Jiménez es un matao, y sobre los chinos:
-Po no lo entiendo Javié, tanta fama con los chinos que están siempre abiertos, que abren los domingos y to, y cuando los necesitas temprano todo cerrado...
Claro, la duda me corroía, así tras una semana de cavilaciones, y preguntar a que hora abría el chino de Chipiona, tuve una revelación, como no creo en dios pongo ambas en minúscula:
Claro, cual es el problema de los chinos ¿se acuestan tarde rellenando rollitos de primavera?
¿pelando gambas? ¿será que se pasan la noche atropellando perros para la carne de sus comidas? No, tenía que ser algo más fácil.
La respuesta estaba en su cara.
¿qué tienen los chinos en la cara?
Los ojos achinados.
Ventajas:
Que la luz del Sol que se refleja en la nieve en las estepas les afecta menos (1ª conclusión nunca invitar a una chino a mantecados, que en la estepa están como en casa y se comen la caja antes de que tú te despegues el primer mantecado del cielo de la boca).
Inconvenientes:
¿Qué coño ve un chino con los ojos hichados? no ve Na, bueno menos que un carajo vendado en agua sucia, y he aquí la respuesta.
Los chinos no abren temprano porque necesitan dos horas para lavarse la cara y que les baje la hinchazón de los ojos y durante esas dos horas piensan que les van a robar toda la tienda, que son tela de desconfiados. Se imaginan al chino con los ojos hinchados intentando encontrar las pegatinas de Bob esponja ente los calendarios mientras vigila a los viejos que les roban las pilas medio gastadas que venden al lado de las herramientas que no funcionan, y el champú de oferta que se lo pones al perro y vomita...
Moraleja:
Lo único que evitará que los chinos dominen el mundo son los madrugones, así que si una vez vamos a la guerra contra China la clave será aguantar la primera noche que al amanecer los tenemos acabaos. O negociar con ellos hasta la mañana que entonces firman los que les pongamos, porque no lo ven... Toma nota Moratinos que igual hay piratas chinos y barcos piratas, perdón pesqueros españoles que atender.
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