La crónica de hoy no es una crónica al uso... Es un comentario de una fotografía... De esta fotografía.
Una pendiente pronunciada une al grupo que aferrado a una barra en la que camina un sueño avanza con dificultad, solos, aferrados a esa barra roja que los une más allá del dolor, de la razón... Esa barra roja como una aorta de coraje que une a 10 corazones que laten al unísono... No son jóvenes, no son fuertes, no son veloces... ¿Entonces que son?
SON PRETORIANOS DE TOMARES...
Son otra filosofía de lo que es el Ultrafondo, otra en la que la palabra Hermandad cobra su sentido más literal, un grupo de hermanos unidos que salen juntos, llegan juntos y si hace falta mueren juntos, no hay egos, ni marcas ni medallas que puedan separar lo que esa barra ha unido...
Nunca se abandona a un compañero en carrera, el sentido de la carrera no es la meta sino el camino, y el fin jamás justifica los medios.
Mirad la foto otra vez, son un grupo de personas, no se ve ni su número bien, son ocho, son diez... son lo que son, y están donde quieren porque así lo han elegido, ellos optaron por sufrir hasta más allá de lo común, pero esto no los hace extraordinarios, lo que los hace únicos es que afrontan las mayores tareas sin una queja, sin un reproche, que nada reste, todo ha de sumar, el único objetivo es la victoria... la de todos...
No son un grupo, son único ser que aferrado a una barra de ilusión suben, bajan, ríen y lloran como lo que son... como hombres libres capaces de elegir un sueño y dejarse el pellejo en lograrlo, y lo mejor es que no están solos, en cada recodo del camino un hermano o una hermana lo espera para alentarlo con una frase, un grito que resuena en Carrera:
PRETORIANOOOOOOOOO
No hay nombres, solo hay personas...
Volved a mirar la foto... solo uno de ellos mira al cámara, fijaos en su expresión, denota convicción, concentración, esfuerzo, determinación, humildad y resignación ante las dificultades pero la mirada no pide clemencia, ni demanda ayuda, nos dice que por duro que sean los riscos, por piedras que haya en el camino, por empinada que sea la pendiente unos corazones unidos son capaces de llegar a donde las fuerzas no pueden...
No hay montaña que no pueda ser escalada, ni barranco que no pueda ser atravesado... La barra, esa bendita barra con la que camina el que corre y ve con el alma, esa barra no entiende de dificultades...
Hoy nos tocó a unos cuantos ser así pero... Sin que nadie lo pida, otro día serán otros... Y otros...
Esto fue el Ultra Trail gran Vuelta al Valle del Genal...
Como guerreros de antaño sonriendo a lo sufrido y preparados para lo que venga...
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