Todavía siguen aquí, y parece que al menos tardarán dos semanas más en irse.
Que asco de albañiles, y para colmo a Candela le pican unos bichos y Gonzalo pilla un catarro del quince, la ecuación demoniánaca va cerrándose:
Albañiles.
Mujer con deseos de reformas sobre las reformas.
Niños enfermos...
solo falta que aparezcan visitas del extranjero, o peor aún, algún amigo pesado de los que hace años que no ves que viene de visita sin día de vuelta.
Paciencia y ánimos a Gundisalvo donde quieras que me leas ahora.
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